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En los capítulos de la semana pasada de El paraíso de las señoras descubrimos que Rose se marchó a París por orden de su padre, aunque tenía pensado volver, mientras que la guerra por la invasión rusa de Hungría afecto a Teresa y sus compañeras del almacén. En los capítulos 13 al 19 de la temporada 2 de esta semana en El paraíso de las señoras, el contable Galli informó a Pietro de la entrevista concedida por Rockefeller sobre la próxima apertura de su centro comercial, y mientras tanto, investigó, a petición suya, a un tal Izzo, que, recientemente, había saltado a la fama gracias a ser el nuevo dueño de una importante entidad bancaria. Mientras, había llegado el momento de que Vittorio, Andreina y Elsa rodasen su primer comercial, pero el texto del guionista debía cambiarse ya que, como señaló la esposa de Salimbeni, era casi idéntico a la Oda a un día feliz, de Pablo Neruda.
Por otro lado, la condesa felicitó a Teresa por el vestido que le había hecho. Al salir del estudio, las dos fueron testigos de cómo la policía desalojó a los inquilinos del edificio de la condesa, pues las autoridades habían declarado que el edificio era inseguro y debía ser deshabitado cuanto antes. Para la condesa fue un duro golpe, tanto que le hizo enfermar. Teresa y Pietro la llevaron a casa, mientras que Anna presentó a su hija Irene, al personal del almacén.
Vittorio tranquilizó a Andreina acerca de Teresa
Pietro, como regalo de Navidad para Teresa, invitó a Milán a los padres de la joven, quienes ya tenían una opinión totalmente positiva de él. Teresa, aunque todavía incapaz de perdonarlo por lo ocurrido con Rose, sólo pudo constatar la generosidad del hombre, quien, en presencia de un notario, propuso comprar el palacio de la condesa y hacerse cargo de sus inquilinos.
Por otra parte, Vittorio asistió a la grabación del comercial del Panettone Amati, y Andreina se puso celosa al pensar que el nuevo texto escrito por este estaba dirigido a Teresa. Por su parte, Ettore le informó a Clara que, como padre biológico de Matilde, podía pedir la custodia de ella durante todo el tiempo que Donata pasase en prisión. Sin embargo, para que esto se hiciera realidad, le pidió a Clara que se casase con él.
Vittorio tranquilizó a Andreina acerca de Teresa y mientras los dos se besaban, fueron interrumpidos por Marisa. Cerca de allí, Pietro rechazó la propuesta de Izzo de renegociar el precio de venta del palacio de la condesa para no cambiar el acuerdo anterior. No obstante, aceptó su financiación, sin saber que Izzo era socio comercial de Bruno. Por su parte, Teresa estaba encantada de estas con sus padres en su apartamento.
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