El final de The Last Of Us: Por qué Joel toma su decisión

Justo en el último minuto del episodio final de The Last Of Us, antes de que Joel y Ellie lleguen al hospital Fireflies para que Ellie pueda ayudar con una posible vacuna contra el Cordyceps, Joel tiene un cambio de opinión poco característico de él.

Le sugiere a Ellie que simplemente vuelvan al rancho de Tommy en Wyoming y se queden a vivir allí, «que se olviden de todo el asunto». Perdón… ¿perdón? Los héroes de las películas de suspense normales no se rinden justo antes de llegar a su meta, y desde luego no cambian de opinión a propósito de nada. ¿Está Joel asustado sobre lo que realmente está a punto de pasar en el hospital? Es posible, pero lo que más ha cambiado para él es su relación con Ellie y el impacto emocional que esto ha tenido en su visión del mundo. Lo que empieza siendo una carga para Joel y Tess, termina convirtiéndose en una de las relaciones más entrañables vistas en la pequeña pantalla. Todos los aterradores sucesos en los que los dos han luchado, matado y escapado han llevado a Joel a un nuevo nivel de introspección. Se dio cuenta de que, incluso en tiempos post apocalípticos, ningún hombre era de fiar pero aún así, tenía que dejar entrar a otras personas.

Y eso es justo lo que ha hecho Ellie, luchando una y otra vez para derribar sus barreras, para que la luz empiece a brillar a través de sus heridas. Como hemos aprendido, bajo su arrogante exterior adolescente, el mayor miedo de Ellie, como le dijo a Sam en el quinto episodio, es estar sola. Este miedo volvió a surgir cuando discutió con Joel en el rancho Jackson sobre quién la entregaría a las Luciérnagas. La discusión era más profunda de lo que aparentaba: Ellie no podía soportar perder al hombre que se había convertido en su familia y volver a estar sola; Joel no podía soportar perder a otra chica que se había convertido en una hija para él. Incluso Joel le gritó bruscamente: «Tú no eres mi hija y yo no soy tu padre«, no era cierto, y ambos lo sabían.

Los papeles se invirtieron y Ellie se convirtió en la protectora de Joel en los episodios siete y ocho, y con Ellie escapando por los pelos de las garras del malvado pastor maltratador, David, sin duda todo cambió. El público de The Last Of Us se derrumbó cuando Ellie corrió a los brazos de Joel y él le dijo: «Está bien pequeña, te tengo», cuando la última persona a la que llamo «pequeña» fue a su hija Sarah, que murió en sus brazos años atrás.

Dada la profunda unión emocional que la pareja tiene ahora –Joel se abrió a Ellie, y le dijo que intentó suicidarse después de la muerte de Sarah– no es de extrañar que Joel quisiera deshacerse de todo el asunto. Pero Ellie se mantuvo firme («después de todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos hecho»), sentía que era su deber llevarlo hasta el final, pero añadió que después, le «seguiría a donde quiera que vayas».

Sin embargo, en el hospital, la jefa de las Luciérnagas, Marlene, informó a Joel de que, como el Cordyceps crece dentro del cerebro, eso era exactamente lo que necesitaban extraer para crear una vacuna. Ellie iba a ser un sacrificio para la raza humana.

Esto crearía un dilema ético y moral increíblemente complejo para Joel. ¿Salva a la humanidad o salva a la chica que se ha convertido en su hija? Como en el experimento mental de El dilema del tranvía –si un tranvía se precipitara por una carretera y matara a cinco personas en la vía, ¿intervendrías y tirarías del freno para cambiar de vía, matando a una sola persona?, ¿merece la pena sacrificar la vida de una persona si con ello se salvan potencialmente las vidas de muchas otras?–, los estudios han demostrado que el 90% de la gente intervendría y mataría a una sola persona, pero si esa persona fuera su hijo, padre o hermano, entonces la cifra se reduce a un tercio. Es sorprendente que la cifra no sea aún más baja.

Otra consideración para Joel que facilita sus acciones es la monstruosidad de los humanos que ha experimentado en el viaje campo a través. FEDRA gobernando con su puño de hierro fascista. Luciérnagas rebeldes envueltas en sus propias trampas sedientas de sangre. La vengativa Kathleen, masacrando a cualquiera que se le oponga en Kansas City. David, el abusivo líder de la secta, que alimentaba en secreto a su «rebaño» con los cadáveres de sus feligreses, antes de intentar violar y matar a Ellie. Dada la gente con la que se ha encontrado en su misión –por no hablar de los personajes de los bajos fondos criminales con los que se había relacionado en los 20 años anteriores desde la caída de la sociedad–, tendría razón al preguntarse: ¿qué hay que salvar? Ha visto las peores formas de humanidad, así que su decisión es sencilla. Por supuesto, va a salvar a la única persona que, literal y figuradamente, le ha salvado de los horrores que le han hecho.

Después de un último tiroteo –incluida la eliminación de Marlene, que dirigió el destino de Ellie, armada con su propio código ético–, lleva a Ellie, vestida con su bata de hospital, de la misma manera que llevó a la moribunda Sarah en el primer episodio. Salvo que esta vez podía asegurarse de que su hija se salvara.

Sólo hay una última mentira que Joel tiene que decirle a Ellie antes de que lleguen de nuevo a la comuna de Tommy en Wyoming, jurándole que es la verdad. «Resulta que hay muchos más como tú que son inmunes. Hay docenas de ellos y los médicos no han podido hacer funcionar nada, así que han dejado de buscar una cura». Tanto si lo descubre como si no, parece que nos prepara para la segunda temporada.

Como vimos que Bill le decía a Frank en el tercer episodio, en un mundo aterrador lleno de monstruos, enfermedades, violencia brutal y muerte, tener a alguien a quien amar te da «un propósito». En última instancia, como Joel le explica a Ellie, ella le ha dado algo por lo que vivir de nuevo: «Si sigues adelante, encuentras algo por lo que luchar«. Pero no lucha por la humanidad, sino por algo mucho más cercano. Como Ellie, lucha por la esperanza y por la familia.



Vía: Esquire UK

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