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La experiencia de Supervivientes es una de las más fuertes para todos los que han pasado por la isla de Honduras. A pesar de las penurias, muchos han dicho que volverían a repetir la experiencia y otros aseguran que ni por todo el oro del mundo concursarían de nuevo, pero en lo que todos coinciden es en que es una vivencia transformadora que cambia mucho el punto de vista acerca de tu propia vida, y sales de allí valorando mucho más todo lo que dabas por sentado: desde una ducha hasta la comida. Por eso, el programa, tras cerrar la Palapa y volver España, decidía enfrentar a los participantes a su vida anterior enseñándoles tres fotografías, de su infancia, del momento antes de entrar al reality, y de su futuro, para que les envíen mensajes ahora que tienen las enseñanzas recientes.
Jonan Wiergo, que se ha colado ya en la final de ‘Supervivientes’ como finalista oficial junto a Adara, se sinceraba: «(Al Jonan joven) le diría que no volviera atrás en ninguna de las cosas que he hecho, porque nunca me he arrepentido de todo lo que he tenido oportunidad de hacer», empezaba contando bastante emocionado al verse de pequeñito, y valorando todos los pasos que ha dado hasta llegar a donde está hoy, en la final de uno de sus realities favoritos de la tele. «El Jonan pequeño estaría orgulloso del Jonan que soy ahora», ha añadido. Y es que, a pesar de que saca muchas cosas buenas del programa, también hay cosas malas que ha conseguido pulir: «El Jonan (de antes del reality) era un flipado, iba muy seguro de sí mismo pensando que sería quien animaría a todas las personas con las que compartiría este viaje, y al final ha sido al revés», ha dicho haciendo autocrítica y dejando claro que, quizá, entró demasiado ‘sobrado’. «Siento que he aguantado gracias a los ánimos de Adara, Alma y Gema«, y es que ha tenido varios bajones a lo largo del concurso. «Pienso que he mantenido mis valores durante estos 3 meses, y me ha gustado llegar aquí sin haberlos cambiado, había cosas que a lo mejor no valoraba del todo y a día de hoy lo valoro el triple«, apuntaba. Precisamente hace unos días hacía un gran alegato sobre las redes sociales que le emocionaba mucho.
De hecho, está muy orgulloso de no haber cedido a la presión del hambre, y de haberse mantenido en sus convicciones veganas a pesar de que haya gente que no lo entienda. Un mensaje ‘oculto’ que ha querido enviar activamente durante todo el concurso, aunque no sabe si ha calado: «Creo que hay gente que no ha entendido mi mensaje: el mantener el veganismo, el no ir a pescar… tenía un mensaje detrás, no porque fuera un vago«, señalaba, feliz de no haber sucumbido a la tentación de comer animales por el hambre… o casi, porque en una ocasión (en más de tres meses de concurso), hizo una excepción comiendo huevo en una tortilla: «Es que si no… no como nada», se justificó.
Respecto al Jonan del futuro, no ha querido aventurarse a decir cómo será o qué pasará después de pasar por Honduras, pero sí tenía claros los consejos que se da a sí mismo, al menos a corto plazo: «Que siga siendo como los dos Jonan que he visto, porque considero que sigo siendo la misma persona: que sepa cuidar de los demás, trabajar y que sea igual de constante que ha sido toda la vida«.
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