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Una vez que hayas identificado las contracciones que anuncian el parto y llegues al hospital, puede que en tu parto se necesite realizar la episiotomía (o no).
¿Qué es la episiotomía?
La episiotomía es una pequeña cirugía que hacen a la mujer durante el parto para ensanchar la abertura de la vagina. Es una incisión que se realiza en el perineo. Durante años, este procedimiento fue una parte habitual de cualquier parto, ya que se pensaba que ayudaba a prevenir desgarros vaginales más extensos. Sin embargo, en la actualidad se sabe que las episiotomías no sanan mejor que los desgarres. De hecho, en algunos casos hasta tardan más en sanar debido a que el corte es más profundo. En cualquiera de los dos casos, ya sea corte o desgarre natural, la sutura se realiza con puntos y, por consiguiente, habrá que llevar a cabo una serie de procedimientos para su cuidado.
Está comprobado que recurrir al masaje perineal durante el embarazo y los meses anteriores al parto ayuda a evitar el riesgo de desgarros, es decir, sirve para que la mujer tenga un periné más elástico y con un buen tono muscular, lo que facilita la salida de la cabeza del bebé durante el parto provocando el menor daño posible y evitando el riesgo de desgarros y la necesidad de episiotomía.
Episiotomía, cuándo es necesaria
Tal y como explican desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) «se trata de la intervención quirúrgica más frecuente y, posiblemente, una de las más controvertidas. Su frecuencia varía ampliamente de unos países a otros. En la actualidad se impone el criterio de la Organización Mundial de la Salud que señala que una episiotomía de rutina no es necesaria y que ésta debe hacerse de forma selectiva o en caso de partos que presenten dificultades».
Aunque ya hemos mencionado que ya no es rutinario realizar la episiotomía en el parto, existen ciertas ocasiones en las que sí se suele llevar a cabo:
- Distocia de hombro: lesión del parto que ocurre cuando uno de los hombros (o ambos) del bebé quedan atascados detrás de tu hueso pélvico de la madre.
- Si el bebé tiene una frecuencia cardíaca anormal durante el parto.
- En caso de que necesites un parto vaginal instrumentado (con fórceps o ventosa).
Puntos de la episiotomía: paso a paso
Puede que si sabías cómo dilatar mejor durante el parto no la hayas necesitado, sin embargo, si has dado a luz y te han hecho una episiotomía, tienes que tener claro que el secreto para que no haya complicaciones está en seguir una buena higiene y tener lo más seca posible la herida. Las matronas aconsejan limpiar la herida con agua templada dos veces al día (mañana y antes de acostarte).
Si te sientes muy incómoda por el flujo de los loquios (pérdidas sanguíneas tras el parto), puedes volver a hacerlo, aunque no es necesario y debes tener en cuenta que “un exceso de lavado es contraproducente porque humedece demasiado la herida”, nos explica la matrona Carme Miras. Además, la flora de la piel está preparada para protegerte de infecciones y un exceso de higiene puede destruirla.
Higiene de la episiotomía
Para lavar la herida puedes utilizar agua con jabón neutro o de higiene íntima o incluso agua hervida con sal (no uses soluciones antisépticas). Recuerda que la limpieza debe ir siempre de la vagina hacia el ano y que el baño en bañera aún no es recomendable.
Es importante que seques bien la zona, dando suaves toques con la toalla (sin frotar) o utilizando el secador con aire frío. Cuando estés en casa, deja de vez en cuando la herida al aire (sin que le dé el sol). Estos tips son muy similares a los cuidados de los puntos de la cesárea tras el parto.
También por higiene, cuando orines hazlo inclinándote hacia adelante, para no mojar los puntos. Y cámbiate a menudo la compresa que utilices para los loquios (irán disminuyendo). Las compresas tocológicas, sin plástico, facilitan la transpiración.
Aliviar las molestias de la episiotomía
“A menos que haya complicaciones, los puntos solo son dolorosos en los primeros días. Luego notarás una clara mejoría, aunque puedes sentir molestias o tirantez en la zona”, dice la matrona.
Un truco que mejora la inflamación, y más si tienes hemorroides, es enfriar la zona: aplícate una bolsa con hielo envuelta en una toalla (no directamente). Y si te sientes muy dolorida, puedes tomar un analgésico. Pregunta a tu matrona o médico cuál tomar para que si das el pecho no pase a tu bebé a través de tu leche.
Te vendrá muy bien usar ropa holgada y, en la ropa interior, optar por prendas de algodón o de otras fibras naturales o utilizar braguitas desechables.
¿Qué pasa con los puntos de la episiotomía?
La mayoría de las episiotomías se hacen con un corte lateral, que cicatriza mejor, y la sutura se realiza por capas; el hilo es más grueso en el músculo y más fino al llegar a la piel. Lo normal es que tarde de una a dos semanas en cicatrizar; luego los puntos se absorben solos.
De todos modos, a los 7-10 días de salir del hospital te programarán una visita con la matrona para controlar la evolución de la herida. Si tu piel no está respondiendo de forma adecuada quizá te receten una pomada o crema para ayudar a cicatrizar. Y si tienes alguna complicación con los puntos del parto antes de esos días, consulta siempre con tu médico.
Durante la primera semana andar o sentarte puede resultarte muy molesto. Pero no utilices un flotador como se decía antes (es contraproducente porque provoca que los puntos se tensen), mejor siéntate en una superficie dura. Y un truco: contrae los glúteos antes de hacerlo. Y cuando ya te recuperes del todo, te recomendamos los siguientes ejercicios para recuperar tu figura tras el parto o los mejores trucos para bajar la hinchazón de los pies en el postparto.
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