Violeta McGuire, que realmente se llama Violeta Aguirre Díaz de Bustamante –su nombre artístico hace un guiño escocés al apellido paterno–, ha vivido y sigue viviendo rodeada de artistas. Hija de Jose Luis Aguirre (Jaelius) pintor, escultor, músico y promotor de la Feria de arte contemporáneo FLECHA y de Verónica Bustamante pintora, es también sobrina de Carlos Diaz de Bustamante y de Ouka Leele. Y sí, de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre. Pasó su infancia en el campo, en una casa antigua cerca del Escorial, donde no tenían televisión, pero si recibían innumerables visitas de amigos de sus padres, entre los que se encontraban gran parte de la generación de la Movida de los ochenta.
“Tener tantos creadores alrededor, tratarles, conversar con ellos, te anima y te inspira. Mis padres, de todos modos, han sido exigentes y sin pelos en la lengua a la hora de evaluar mi trabajo y reconozco que la opinión y el arte de mi tío Carlos, con sus cajas de luz o de mi tía Bárbara, con su surrealismo, sus colores y sus temas, han sido decisivos para mí”, nos cuenta Violeta.
Hoy inaugura su exposición, a la que ha bautizado Presente, en la NB7 Gallery (c/ Núñez de Balboa nº7, Madrid). Allí, hasta el 24 de noviembre, se podrán apreciar sus esculturas, “siete piezas más dos vídeos sobre el tema del agua, con los que me apetecería que todo el mundo se metiera en este presente pero en un estado casi de meditación”, dice. “Me llamo Violeta, y nací en Alicante en una clínica para partos en el agua, soy Cáncer, es decir signo de agua. A lo mejor la fascinación que siento por lo acuático puede tener algo que ver con ello, ¿no?".
Violeta McGuire lleva haciendo estas esculturas más o menos desde hace un año, aunque las que presenta son una nueva versión con agua y telas de lycra, que se mueven de forma ligera, suave e hipnótica permitiendo que el espectador se quede ensimismado y con la mente en calma. “Los dos vídeos están filmados bajo el agua a cámara lenta con los mismo colores de las esculturas las mismas telas y la misma idea", revela. "Tienen una pieza de sonido que acompaña el movimiento de las esculturas”.
Tiene, para sus 26 años, un importante número de exposiciones y premios a sus espaldas. Londres, Nueva York, Verona y ahora de nuevo en Madrid. Se formó en la prestigiosa escuela londinense Central St. Martins sobre Interaction and moving images, cuatro años de estudios de imagen en movimiento, programación, robótica, motores, leds y otras técnicas Dada la especificidad de la asignatura, solo eran 30 alumnos en clase. “Te abre la mente a todas las posibilidades de hacer arte, para ellos cualquier medio y tecnología es posible. Tengo obras de la carrera como Dance of your dream realizada con sensores de luz en una cama en la que se compone una melodía por los movimientos de tu cuerpo”.
Esta colección la imaginó buceando en un viaje a Oriente. Según revela, descender en esas aguas, que todo empezara a ir más lento, escuchar su respiración y poder ver las maravillas de esos fondos y sus movimientos le hicieron emprender esta aventura. La forma circular tampoco es casual y responde a su concepto de eternidad, infinito, universo y paz. Ahora las presenta en varios acabados y en distintos colores, en un rango de precios que se mueve en torno a los 2.000 €.
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