Para que un restaurante se convierta en viral por sus buenas críticas tres son los requisitos que debe cumplir: una decoración diferenciadora, una ubicación privilegiada y una oferta gastronómica de alto nivel.
Cuando las paredes de un establecimiento son rosas, una barra circular milenaria con candelabros saluda a los comensales y un frondoso jardín les permite disfrutar de sus platos desde la terraza en un entorno íntimo, entonces, la fotografía está asegurada. Pero cuando además se encuentra en pleno corazón del Design District de Miami y es famoso por la gran lista de celebridades que lo pisan, entonces, su éxito alcanza cifras desproporcionadas.
El Swan es un restaurante copropiedad de David Grutman y Pharrell Williams que se ha convertido en uno de esos places to be de la ciudad del sol. Es uno de esos enclaves que hay que visitar si se cruza el charco y se agenda un viaje a Miami, un restaurante que no se puede dejar escapar.
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La comida del Swan también es de las que deleitan el paladar. Más allá del ambiente y la atención de su servicio, los platos centran su foco en el producto de temporada y apuestan por ofrecer recetas informales en una cocina rústica refinada que resulta ideal para compartir en una jornada con familiares, amigos o también para organizar un evento de trabajo con un gran grupo de allegados. Tanto incita a festejar que, de hecho, se ha convertido en un restaurante icono de celebridades como las hermanas Kardashian, que lo visitaron recientemente acompañadas de otras famosas para celebrar la línea de baño de Skims.
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La carta del Swam es para picar. En su oferta se encuentran entrantes que se sirven en platos pequeños, como el ceviche, el pulpo o la burrata. Es famoso por sus pizzas de ingredientes originales: salami picante, camarones al pesto, pizza de pistacho… pero también destaca por su variedad de pasta, su salmón o sus carnes. Todo el que visita este establecimiento cae rendido ante una de sus propuestas: la guarnición con polenta cremosa, mantequilla marrón y palomitas de maíz. Y como buen lugar de celebración, los postres se imponen como demanda obligada siendo la tarta de cumpleaños la que más porciones reparte.
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Si visitas el Swan no esperes un plato de los de una casa de comidas de toda la vida, pero sí puedes esperar una agradable jornada, con sabores exquisitos en un ambiente único. Es un espacio para disfrutar de una comida informal, beber un buen cóctel, amenizar una jornada y… sobre todo, dejarse llevar por la belleza del lugar. Toma nota: ya tienes otra excusa más para planear tus próximas vacaciones…
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