Rebecca Long-Bailey, la posible sucesora de Corbyn que lo “aprendió todo sobre política” en una casa de empeños

A sus 39 años, Rebecca Long Bailey tiene un discurso firme y claro pero es fácil darse cuenta de que no acaba de sentirse cómoda delante de una cámara o una multitud dando un discurso. Una timidez que le da un punto de candor y que hasta cierto punto ayuda a hacer más creíble su visión de una Gran Bretaña en la que los centros de los pueblos y las ciudades estén a rebosar y un país en el que la riqueza esté mejor repartida. El pasado verano, un estudio encargado por los laboristas para valorar su imagen indicó que los ingleses la ven como “sincera”, “apasionada” y “honesta”.

Hija de un estibador que fue representante sindical en el puerto irlandés de Old Trafford, un suburbio de Manchester, recibió una educación católica, como es costumbre entre los irlandeses. Mujer decidida y luchadora, trabajó como teleoperadora, en una fábrica de muebles, haciendo de cartera y en una tienda de empeños para pagarse la carrera de derecho.

Una figura bisagra

En tiempos convulsos para el Partido Laborista, que ha logrado su peor resultado en décadas, el liderazgo de Jeremy Corbyn está más cuestionado que nunca. De hecho, Long-Bailey llegó al “consejo de ministros en la sombra” de Corbyn después de que en febrero de 2017 dimitieran varios de esos ministros por estar en contra de la política del líder sobre la permanencia en la UE.

Una agenda verde

En la biografía oficial de su página web,la diputada explica que se interesó por los problemas políticos desde niña “al ver los problemas que mis padres y otras familias del barrio debían afrontar. Estaba enfadada por la desigualdad y la injusticia que había visto y quería hacer algo al respecto. Una sociedad debe ser juzgada por cómo trata al más vulnerable”. En una entrevista concedida a la prensa local de Manchester cuando era candidata, Long-Bailey explicó que “crecí viendo a mi padre angustiado por los despidos en los muelles. Le destrozaba la visión de las taquillas vacías de sus compañeros despedidos después de décadas de servicio. Fue muy duro para él vivir con el hacha siempre encima de su cabeza”.

Entre todos los trabajos basura que acumuló para costearse los estudios, cita su paso por una tienda de empeños como la más instructiva de sus experiencias: “Me enseñó más sobre las dificultades de la vida que cualquier diploma o calificación”. Antes de entrar en política hace solo cuatro años como diputada por su pueblo de toda la vida, Long-Bailey se ganaba la vida como abogada del Estado litigando contra el sistema público de seguridad social británico. Aunque ella no habla mucho de sus éxitos profesionales, la prensa de Manchester decía de ella que era una “abogada de altos vuelos”.

De perfil socialista como Corbyn, Long-Bailey se muestra muy crítica con el sistema económico de Gran Bretaña y propone subir los impuestos a los más ricos sin contemplaciones, implementar un amplio sistema de ayudas estatales a los más desfavorecidos y volver a nacionalizar sectores estratégicos como el agua o los ferrocarriles. Experta en cambio climático, la diputada propone una Gran Bretaña verde y está muy preocupada por lo que ve como un deterioro de los centros urbanos de las ciudades y pueblos. “Debemos revitalizar las calles mayores para que vuelva a florecer el comercio y la vida social. Debemos enfrentar los problemas que causa el consumo online y en grandes centros low cost a las afueras. Y debemos hacer todo lo posible para que sea asequible para los ciudadanos normales alquilar apartamentos y empezar negocios”.

Artículo publicado originalmente en julio de 2019 y actualizado.

Fuente: Leer Artículo Completo