Tras ser nombrado presidente, Pedro Sánchez buscó a Adriana Lastra y le dio un abrazo más largo que a los demás y también el más cariñoso. Minutos antes, ella aguantaba las lágrimas tras anunciar Mertixell Batet, presidenta del Congreso, que Sánchez era presidente por una diferencia de votos: 167 síes frente a 165 noes. Tras el gesto de cariño, Lastra, muy emocionada, se ha retirado rápidamente para dejar el protagonismo a su jefe en una actitud que define perfectamente cómo ha sido el recorrido de esta socialista en los últimos tiempos: tenaz, contundente pero en segundo plano.
A Lastra intentan siempre achicarla recordándole que casi toda su carrera profesional la ha llevado a cabo en el PSOE, y aunque es cierto, no le ha hecho falta mucho más para abrirle el camino a la presidencia de España a Pedro Sánchez. No en vano, las manos de esta asturiana nacida en Ribadesella hace 40 años, han estado las negociaciones con las formaciones que con su apoyo o su abstención han hecho presidente al socialista con el apoyo de Unidas-Podemos.
Lastra milita en el PSOE desde que tiene 18 años y fue secretaria general de Juventudes en Ribadesella con solo 19. En esa localidad cerca de Gijón, vivió con sus cuatro hermanas y sus padres. La madre, Rosa María Fernández, es peluquera y según informó en su día el diario El Español,es quien arregla el pelo a Menchu del Valle, abuela de la reina Letizia. El padre, Lorenzo Lastra, era taxista y falleció el verano pasado. Se sabe que está casada, pero nunca ha dado ningún dato sobre quién es su pareja, y se muestra hermética cuando se le pregunta cualquier cosa sobre su vida privada. Sobre su formación, estudió la carrera de Antropología Social, pero no la acabó y el único empleo que se le conoce aparte de su partido, es la temporada que trabajó en la panadería de sus hermanas.
La relación con Sánchez
Lastra conoció a Sánchez en 2008 en una reunión en la que les tocó sentarse cerca. Hablaron y hablaron y se dieron cuenta de que estaban en la misma línea, por eso cuando Sánchez se encargó de coordinar parte de los trabajos de la Conferencia Política de 2013, pensó en ella y la tuvo cerca. Ella lo invitó a visitar Asturias y fue cuando empezó a ayudarlo a establecer relaciones que le llevaran a conocer más a fondo el partido y tejer lazos, algo que ha sido clave en la carrera que ha llevado a Sánchez hasta la presidencia. Lastra tiene poder de convocatoria: lo pudo comprobar Sánchez en las reuniones que organizó ella para que apretara esos lazos con la militancia.
Según fuentes cercanas al PSOE, Lastra no quiere ser ministra, pues está más cómoda en la posición que tiene ahora como portavoz del grupo parlamentario socialista. Tampoco Sánchez la quiere en una única tarea, sino dando la cara, algo que ha demostrado hacer bien. En la primera investidura se enfrentó a Inés Arrimadas cuando ésta le enseñó una carpeta donde se leía "CV de Adriana Lastra" y a ella no le tembló el pulso. Tampoco cuando la bancada popular la abucheó en más de una ocasión: "Me conocen muy poquito si creen que me van a amedrentar con gritos", dijo ella, que es aficionada a la música heavy, quizás muestra de un carácter que le va a hacer falta para defender a su partido en un hemiciclo muy fragmentado.
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