Agustín Bravo: «Sustituir a Carlos Herrera era el sueño de mi vida»

Agustín Bravo vive a caballo entre Marbella, Málaga y Sevilla durante los meses de verano, por imperativos de su trabajo. Pero también porque, en estas ciudades, ha encontrado la estabilidad y el tiempo para estar junto a su familia y su hija adolescente, después de más de casi 30 años presentando programas en radio y televisión por toda España. Orgulloso de sustituir en las mañanas de la Cope a Carlos Herrera, aprovecho un alto en su camino para hablar con él junto al mar, en una de las playas más típicas de la costa malagueña, Guadalmar.

En ésta, como en otras profesiones, lo difícil es mantenerse, ¿cómo lo ha conseguido, Agustín Bravo?
Trabajando mucho, pero sobre todo poniendo mucha ilusión en todo lo que hago. Esta es una profesión que, según cumples años, debería darte más prestigio, pero también en eso nuestro país es diferente.

No se valoran las canas ni la experiencia.
Desgraciadamente. Larry King se jubiló con 94 años porque él así lo decidió. Lo bueno de la comunicación es que a medida que vas cumpliendo años, vas mejorando en todo. Eso ocurre en EE.UU., en Inglaterra… en todas partes, menos aquí. Hermida debería haber muerto trabajando porque no podemos permitirnos el lujo de desperdiciar el talento. Si eso lo hicieron con Hermida, imagínate con el resto.

¿La radio es diferente a la televisión?
No tiene nada que ver. Si las personalizas, son como dos novias o amigas: la radio es fiel, cree más en las canas y en el peso de la voz. Es más agradecida que la televisión.

¿Es el equivalente al teatro para los artistas?
Lo has clavado, porque el prestigio te lo dan la radio y el teatro. Cuando los actoresse quieren medir con la profesión, lo hacen en los escenarios o delante de un micrófono, donde no hay trampa ni cartón.

¿Sustituir a Carlos Herrera es un reto para usted?
Llevo ya dos años haciéndolo en verano. Es un reto, pero sobre todo es una responsabilidad muy grande. Si a mí esto me lo dicen hace cuatro años, hubiera dicho que no, pero lo que es la vida y lo que es la radio: estoy aquí gracias a Carlos, que fue quien me preguntó si quería sustituirle en verano. Le dije que sí porque era el sueño de mi vida. Una vez que estás dentro, te das cuenta de que es como pilotar un Boeing.

Dos horas en directo, en las que los oyentes son los protagonistas.
De 10 a 12 es la parte de magazine, de los fósforos, de las llamadas de la gente y la que une a Carlos con su público, quienes le han dado un éxito increíble. A Carlos la audiencia le sigue allí donde vaya.

¿En qué momento se dio cuenta de que había conseguido el éxito soñado?
Cuando comencé en TVE con Jesús Hermida y las señoras me paraban por la calle, porque es algo que tú no controlas, que surge porque cada día te metes en sus casas y eso hace que te consideren parte de su propia familia. Lo que sí controlas es cómo reaccionas ante eso y yo puedo asegurarte que sigo siendo el mismo casi 30 años después, no he cambiado en nada. Y, para mí eso sí tiene valor porque todos sabemos lo fácilmente que se puede perder la cabeza en esta profesión.

¿El público es el que te eleva a los cielos o te hace descender a los infiernos?
Sin duda alguna. Yo creo que lo importante es ser tú en todo momento. A mí el público me recuerda a mis tías: cuando iba a un acontecimiento familiar, y me besaban, me decían lo guapo que estaba… Yo no me planteo ser simpático o antipático, simplemente me muestro como soy. Si te soy sincero estoy en mi estado natural las 24 horas del día, lo que no significa que siempre esté de buen humor o sonriendo porque todos tenemos momentos malos, pero eso no te debe impedir ser natural, ser amable con la gente y actuar desde el corazón y el sentido común.

¿Qué destacaría de la televisión actual?
No está en su mejor momento, pero no todo está perdido, porque hay muchas maneras de verla, a través de formatos muy diferentes; lo que sí he comprobado es que se ve mucho en soledad, en el tren, en el metro… Ahora mismo estamos asistiendo a una invasión muy positiva para los actores de las series. En cambio no hay magazines, modelo italiano, que siguen vigentes allí desde hace 20 o 30 años, porque tratan lo que interesa al público: cocina, economía familiar, entrevistas, actualidad política y social…

¿Por qué cree que aquí no cuajan?
Porque somos muy especiales. Aquí un canal saca un concurso y todos los demás le siguen. No es algo que decidan los presentadores, lo deciden una o dos personas, que son quienes mandan.

Usted es un experto en magazines.
Es el tipo de programa que te permite ser tú mismo y en el que puedes tratar todo tipo de temas, desde un accidente a una fiesta, todo es información, porque así es la vida, un contenedor donde pasa de todo. A mí lo que más me relaja es ser yo, y en los magazines, lo soy.

Cuando habla de Hermida lo hace con admiración. ¿Qué le enseñó?
Me sorprendía mucho porque nos llevaba a todos donde él quería, con la voz, el ritmo, la forma de hablar, cómo alargaba las frases… Tenía muchísima intuición y, por supuesto, mucha preparación. Era puro músculo y corazón.

¿Las equivocaciones de Carmen Sevilla eran reales o guionizadas?
Ella lo ponía fácil. Después, el director de “Telecupón”, que era Sebastián Unién, Premio Nacional de Teatro, se dio cuenta de que podía sacarle esa parte cómica, incluso exagerando sus despistes y ella le seguía muy bien.

¿Sabe cómo se encuentra de su enfermedad?
Hablo con un amigo común, que va a verla casi todas las semanas. Le llamo de vez en cuando y hace cosa de un mes me lo encontré en el programa de Goyo González, ‘Huellas de elefante’, en Telemadrid, y habló muy bonito de ella, pero sin olvidar la grave enfermedad que tiene. Es una pena, pero así es la vida. Por eso hay que aprovecharla al máximo y tratar de ser feliz mientras puedas, porque esto es como el teatro: cae el telón y adiós muy buenas.

¿Me pregunto qué le llevó a la política?
Me gustó lo que representaba Ciudadanos y cuando me lo propusieron dije que sí. Quizá me precipité, no lo sé, porque en política tocas un terreno que no es firme.

Su fichaje coincidió con el de Toni Cantó y Felisuco.
Ellos salieron elegidos como diputados, yo no, porque cerraba la lista por Sevilla y era imposible que saliera. A veces me planteo qué puedo hacer por la gente, ya que no estoy afiliado a ningún partido, tampoco a Ciudadanos aunque soy, eso sí, simpatizante de la buena política, sin ir en contra de ningún partido, pero si puedo echar una mano, aquí estoy.

¿Esperaba más de la política?
A mí hubo una frase de Albert Rivera que me gustó mucho: lo que más me preocupa es mi hija. Yo creo que la política tiene que estar para eso, para que vivan mejor las personas, en mi caso lo que me preocupa es qué va a pasar dentro de 15 años cuando mi hija tenga 25. Me remangué, cosa que no he hecho nunca, creo que fui valiente, y me mereció la pena. En el caso de Ciudadanos reconozco que empezó con un brillo que a mí me removió la esperanza.

¿Desencantado?
Ahora estamos en un momento delicado, sin gobierno, sin presupuestos, sin saber qué va a pasar de aquí a unas semanas, y eso crea desconcierto e incertidumbre. La obligación de un político es ponerse de acuerdo, eso es hacer política, porque España necesita estabilidad.

Dice Banderas que antes la política estaba entre sus 8 prioridades, ahora está en el lugar número 50.
Está desencantado, yo no sé qué va a pasar, lo que sí quiero es proyectar el deseo de que no haya tanto partidismo, que pensemos más en el país que queremos para nuestros hijos.

Su hija tiene 11 años, ¿qué problemas le angustian más?
La falta de valores porque son la base de todo, de la educación, de la cultura, hay que educar en valores, que se están perdiendo, lo que no significa que no tengamos una juventud que valga muchísimo, gente puntera, solidaria, que en vez de irse de vacaciones a una playa se va a África a cuidar enfermos, a llevar medicinas… Los centros educativos deberían dar herramientas a los jóvenes para que tengan capacidad de hacer frente a la vida.

¿Está en peligro la libertad en España?
No, pero la libertad hay que ganársela todos los días. Porque socialmente vivimos un momento muy convulso, con muchos peligros, por eso hay que empezar desde los colegios a enseñarles lo que es la libertad y cómo usarla.

¿Qué responsabilidad tienen los padres en todo esto?
Mucha, pero yo no voy a cambiar la forma de educar a mi hija, a quien educo desde el amor. Hay asignaturas que no se imparten y que me parecen importantísimas.

¿Por ejemplo?
La inteligencia emocional es la más importante. Un tema del que hablo mucho con mi hija. Le pregunto cómo cree que debe enfrentarse a determinados problemas, pero sobre todo cómo hacerlo cuando te dan un no por respuesta.

¿Se les protege demasiado?
Sí, eso es verdad, pero yo que reconozco que soy uno de esos padres, porque estoy siempre pendiente de ella, lo que intento es que sepa solucionar los problemas para que no se caiga y, si se cae, ayudarla a levantarse. En eso la vida es muy sabia, porque poco a poco los jóvenes van descubriendo que su papá no es un super héroe, pero tampoco tengo que acelerarle el curso de los acontecimientos.

¿Qué se puede hacer para evitar que asesinen a las mujeres?
La educación es un plan a largo plazo y eso es un problema porque, como padre, me horroriza lo que está ocurriendo.

¿Y la violación en grupo?
Éste sí es un fenómeno de aparición muy nueva, por el efecto espejo. Cuando apareció ‘La manada’, en vez de parar por las consecuencias que puede tener para quien comete este tipo de tropelías, se multiplicaron. La policía lo está haciendo bien y quien no lo hace bien es la propia sociedad, que todavía tiene mucho que aprender. No todo vale, y un no es un no.

¿Tiene miedo por su hija?
Claro, como todos los padres. Yo lo que hago, como te decía antes, es educarla para que sea responsable. Yo soy firme y flexible, porque ella sabe que yo soy incondicional, lo que no impide que haya momentos en que le diga que no. Si a los hijos les educas en el amor no te devolverán nada malo.

Hablando de amor, ¿sigue siendo Susana, su gran amor?
Yo a Susana la conocí en 1998 y nos casamos una semana después que don Felipe y doña Letizia. La vida no es fácil para nadie, pero en mi caso es apasionante.

¿El amor es generosidad mutua?
Cuando yo me casé con Susana quería emular lo que yo sentía cuando veía a mis padres, imágenes que no se me olvidarán jamás. Yo con mis padres me encontraba tan a gusto que prefería quedarme en casa, antes que ir a jugar con los amigos. He sido muy casero y quiero que mi hija viva lo mismo, lo vamos a conseguir, porque lleva mi mismo camino, le encanta la casa, la familia.

Es un bellezón.
Lo es, pero como te digo, porque la educamos en el respeto y el amor.

¿Qué espera de su profesión?
Seguir viviendo de ella.

¿Y en lo personal?
En ese campo soy muy feliz y estoy muy satisfecho, porque he conseguido todo lo que me he propuesto, no dejándome llevar por cosas que no iban conmigo. El secreto de esta profesión es ser tú: si te va bien, estupendo, y si no, no pasa nada.

Agradecimientos: Hotel Sol Meliá Guadalmar. Málaga.

Mi foto favorita

«Me encanta esta fotografía tomada en la Feria de Sevilla 2017 en la caseta del Herrera. Susana, mi mujer, conoce a Carlos hace muchos años… y hablamos de radio, de tv, de la vida… Moló mucho».

¿Quién es él?

Nació el 7 de marzo de 1961 en Almaraz, Cáceres. Está casado con Susana Abad y tiene una hija de once años.

Inicios. Tras sus comienzos en la radio, en 1989 debutóen TVE de la mano de Jesús Hermida. De la cadena nacional se pasó a Telemadrid para presentar junto a Ana Blanco el programa sobre ocio, ‘Zip Zap», y más tarde ‘La Guía’ y el musical ‘Verano 90’, al lado de Mariló Montero.

Consolidación. En 1991 recala en Telecinco, donde permanece durante cinco años presentando el ‘Telecupón’ y numerosas galas y concursos. Pasó también por Antena 3, y triunfó en Canal Sur. Ha conducido las tardes del Canal Extremadura, y ahora presenta ‘Suite Reservada’, un programa de entrevistas de Popular TV. Además, da talleres de periodismo en la Facultad de CC. de la Información de Sevilla y colabora en la Cope con Carlos Herrera, a quien sustituye desde hace dos años durante el verano.

Premios. En 2001 recibió la Antena de Oro por ‘Bravo por la tarde’.

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