Tener una tripa plana, firme y dura es el objetivo número uno de la gran mayoría de las mujeres que se lanzan a hacer deporte. Glúteos, piernas, brazos y cartucheras suman también gran número de esfuerzos, pero ninguna zona acumula tantos desvelos como el sueño de un abdomen tonificado y sin cúmulos de grasa.
“La piel del vientre es la más flexible del cuerpo, lo que le permite variar de volumen con más facilidad”, dicen en el centro estético Chi Spa de Madrid. Pero con la edad “pierde flexibilidad y elasticidad y tiende a la acumulación de adipocitos (grasa)”. Tener unas pautas saludables de alimentación es esencial. Dieta mediterránea, abundante en frutas, legumbres y verduras, con mucha fibra. También el ejercicio físico. “Todo ejercicio aporta: caminar a paso ligero, subir escaleras… Lo ideal es que el entrenamiento no baje de 4 días a la semana, con una media de 60 minutos cada día”, dice dice Álex García, responsable de Fit Club Madrid.
“Los ejercicios hipopresivos son muy eficaces” para el objetivo de una tripa plana, dice García. La técnica se basa en mantener la respiración por tiempos prolongados hasta conseguir hacer el vacío en la cavidad abdominal. Los hipopresivos “no sólo reafirman el abdomen, sino que también fortalecen el suelo pélvico”. Se hacen tumbados en el suelo boca arriba o en cuadrupedia. “Primero hay que soltar todo el aire y entonces contraer el abdomen intentando aguantar el máximo posible".
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