Esta crema hidratante australiana te pone morena y deja la piel suave

El verano no se acaba el día en que regresas de la playa (bueno, un poco, sí). En realidad, el verano se finiquita ese día en que te levantas y ya no estás morena. Por si fuera poco, encima te ves con ese tono gris de pasarte todo el día en la oficina. Ese día, amiga, ya puedes ir enterrando el verano. O no. Porque para evitarnos el disgustazo entran en juego los autobronceadores.

Sí, ya sabemos que la palabra autobronceador nos produce sudores fríos. Pero, tranquila, ya hace mucho que no te dejan naranja. Tampoco tienen ese horrible olor a moreno de bote de los de hace unos años. Y se aplican súper fácil. Nosotras somos súper fans del bronceado falso (que en inglés se dice fake tan y suena muchísimo mejor) y acabamos de descubrir una marca de autobronceadores PER-FEC-TOS que cumplen todas nuestras expectativas.

 

Apunta su nombre porque su historia te va a enamorar: Luna Bronce. Esta marca australiana no puede ser más ideal: vegana, orgánica y cruelty free. No es de extrañar que venga de Australia. Nuestros amigos de las antípodas tienen el agujero de la capa de ozono justo sobre sus cabezas y eso multiplica sus posibilidades de desarrollar cáncer de piel (ahí tenemos como ejemplo a Hugh Jackman). Es lo que le pasó a Maddy, una de las creadoras de Luna Bronce. Tras años de tumbarse al sol vuelta y vuelta, le detectaron un carcinoma basal. Viendo que ya no podía tomar el sol para ponerse morena y que todos los autobronceadores que caían en sus manos iban hasta arriba de ingredientes químicos, decidió crear su propia marca. Le acompañó en esta aventura su amiga Rhi.

Así nacía Luna Bronce. Su idea – que nos rechifla – era una línea de autobronceadores a base de aceites esenciales, DHA de origen natural certificado por EcoCert e ingredientes naturales de altísima calidad. O sea, lo que a todas nos encanta. Y, por si fuera poco, con un packaging súper chulo, negro y minimalista y con cero cartonajes innecesarios. Vamos, una marca comprometidísima con el medio ambiente.

Lo primero que nos ha enamorado es una crema hidratante autobronceadora. Su nombre es un poco largo: Glow Gradual Tanning Moisturizer. Te la aplicas en el cuerpo como si fuera tu body milk diaria, esperas un poquito para que se absorba bien y no te manche la ropa y listo. No hace falta ser una experta. Es muy fácil de extender y no quedan ronchones. Además, el moreno sube de forma gradual a medida que te la vas aplicando cada día. Vamos, que no te vas a poner súper morena de la noche a la mañana. Está enriquecida con vitaminas A, B y E para mejorar la textura de la piel. Así que a la vez que te pones morena, te queda una piel suave y súper jugosa

Glow Gradual Tanning Moisturiser, de Luna Bronze. @ Cortesía de Luna Bronze

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Pero hay más. Dado que ya vamos hacia el invierno y que tampoco queda muy normal estar demasiado bronceada, nos ha encantado la bruma facial autobronceadora llume Face Tanning Mist. Se aplica sin manos, simplemente pulverizando sobre la piel del rostro completamente limpia. Dejas que se seque un momentito y ya puedes aplicarte tu crema de cuidado diario o el maquillaje. También puedes aplicarla sobre el maquillaje como bruma para fijarlo. ¿Vale solo para la cara? ¡Claro que no! También puedes pulverizar sobre las piernas, el escote o los brazos. Queda un moreno suavito, sin ronchones, que te va a flipar. 

Bruma autobronceadora Illume Tanning Mist, de Luna Bronze.@ Cortesía de Luna Bronze

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En unas horas notas un tono dorado muy suavito, como si hubieras salido a pasear por el campo. No esperes un moreno de agosto: ni es el producto ni estamos ya en épocas de bronceados intensos. ¿Lo quieres como de recién llegada de la playa? Solo tienes que volver a pulverizar y listo. Todo esto con una agradable fragancia cítrica a mandarina, limón y naranja. Nadie notará que tu bronceado es de mentirijilla. Atrévete: vas a verte súper guapa y con aire a vacaciones.

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