Sarah Ferguson, la ‘royal’ que se ha atrevido con todo en la moda

En 1986 se celebraba la boda entre el príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Una joven pelirroja que estaba llamada a traer momentos únicos, algunos más divertidos y otros más polémicos, a la Familia Real británica. Solo estuvieron casados diez años y si durante su etapa como duquesa de York nos dejó un estilo único y atrevido, ha sido en su etapa de divorciada cuando Sarah Ferguson ha demostrado que es una mujer sin complejos que disfruta con la moda. Cuando se cumple su 60º aniversario toca repasar algunos de los momentos de estilo más memorables que Fergie nos ha regalado.

Excesiva

Si alguien vivió la época de los 80 y sus excesos como nadie y aprovechando cada tendencia, esa fue sin duda Sarah Ferguson. Recién casada con el príncipe Andres, la duquesa de York no temió ser original y mostrar su estilo tal y como era. Llevaba vestidos de gran volumen, con grandes estampados, en colores vivos y con adornos vistosos. Si optaba por el siempre discreto color negro, el diseño con aberturas y original, se empeñaba en ser de todo menos discreto. Y cuando no, se atrevía con el rojo, el morado o con adornos de esencia barroca como grandes capas rizadas de seda salvaje o grandes flores adornando su vestido y su peinado.

Una top gun de sangre azul

Las visitas a todo tipo de establecimientos y organismos es algo habitual entre los miembros de la realeza. Es e lugar donde les vemos con gorro de seguridad o redecilla para el pelo por cuestiones de sanidad pero nadie se metió en el papel como Sarah Ferguson. Para la historia queda aquella vista a la base de ‘The Red Arrows Scampton’ donde se subió a un avión de entrenamiento con un mono de piloto verde militar rematado con un gran cinturón negro de hebilla dorada. Un look que parecía sacado de la misma película Top Gun.

La duquesa que se implicaba como nadie en los viajes de estado

Aunque donde realmente daba el do de pecho Sarah Ferguson era durante los viajes de estado. Muchos ‘royals’, especialmente los ingleses, suelen incluir algún guiño al país que les acoge en sus looks. Recordemos a Kate Middleton durante su visita a Canadá y aquellos broches con forma de hoja o vistiendo de los colores de su bandera. La duquesa de York llevó esta práctica al máximo nivel, vistiendo a lo Robison Crusoe si era necesario, con sombrero de Cowboy o con vestido de época.


Si la ocasión requería ser más discreta, se colocaba en su trenza, las banderas de Gran Bretaña y Estados Unidos, por ejemplo, para rendir el debido homenaje.

‘Couple Goals’

Cuando Instagram ni siquiera era un sueño, Sarah Ferguson y el príncipe Andrés ya encarnaban uno de los hashtags más seguidos en esta red social convirtiendo algunos de sus looks a juegos en un auténtico #couplegoals. Este conjunto de falda escocesa, americana torera y camisa blanca es quizá una de sus fotos más memorables.

Una duquesa comprometida con la moda y las causas sociales

Sarah Ferguson, ha continuado después de divorciada apoyando muchas causas benéficas. Una de las más duraderas es la de la fundación Fashion for Relief, fundada en 2005 por Naomi Campbell. Por esta causa hemos visto a Sarah Ferguson desfilar como modelo y llevar camisetas reivindicativas.

Las americanas más originales

Si algo abundaba en el armario de Sarah Ferguson mientras ejerció como duquesa de York eso fueron las americanas. Las más originales las llevaba ella: de satén en tres colores, convertida en vestido, con decenas de pequeños lazos como adorno, de inspiración militar, toreras, XL…Fue sin duda una de las piezas que marcó su estilo ‘royal’.

Y después del divorcio… la libertad

Cuando llegó el divorcio y Sarah Ferguson comenzó a frecuentar otro tipo de actos como estrenos de cine, conciertos o cenas benéficas se observó un cambio importante. Fergie ya no tenía por qué ceñirse a las estrictas reglas de protocolo de la Casa Real británica y sus vestidos pasaron a ser mucho más cortos, más ceñidos o más escotados.

La reina de los colores

Otra de sus mejores cartas es la atrevida elección de los colores que viste. Cuando no viste de negro o de discreto verde botella, dos de sus colores más recurrentes, Sarah Ferguson no tiene miedo a utilizar ningún color y, sobre todo, a mezclarlos. El mejor ejemplo lo encontramos en el conjunto que eligió para asistir a las carreras de Ascot junto al príncipe Andrés el pasado mes de junio: un vistoso vestido amarillo que combinó con zapatos morados y con un tocado de plumas en verde esmeralda a juego con su bolso.

Un estilo sin complejos, decidido, original y con mucha personalidad que Sarah Ferguson sigue defendiendo a sus 60 años.

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