Doña Letizia, convertida en personaje de novela: así la retrata un excompañero periodista

“Una figura sugerente”. Así se refiere Daniel Serrano a la reina Letizia, a quien cuela en su novela Cal viva, un libro que se presenta hoy en el Circulo de Bellas Artes de Madrid con padrinos de relumbrón: Juan Luis Cebríán, Pablo Iglesias y Ana García Siñeriz. Con esta última, el autor compartió plató en el programa de televisión Matinal Cuatro, del mismo modo que compartió pasillos y redacción con la reina cuando ambos trabajaron en CNN+.

El título del libro viene de las palabras que Iglesias le dedicó a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados cuando le pidió que desconfiara de los consejos “de quienes tienen las manos manchadas de cal viva”, en referencia a los antiguos dirigentes socialistas que tuvieron algo que ver con el caso GAL. Sobre el papel de la reina en su novela, el autor afirma que “mientras la vida de nuestra generación sigue por determinados derroteros, ella permanece al margen, en un universo extraño, ajena a la crisis, la precariedad, las convulsiones de la política, y sin embargo, constantemente acechada por turbulencias palaciegas”.

En las páginas del libro ese tono de reproche se intensifica al retratar a doña Letizia por las calles de Malasaña, quedando con sus amigas y saludando al protagonista en uno de los bares por los que hace unos años no era raro verla tomando algo con su marido, Felipe VI.

En la novela, ubica a la reina en La Bibicleta, bar de la Corredera baja de San Pablo donde hace tres años se la pudo ver en varias ocasiones: “Habló como si disparara una metralleta, igual que si no hubieran pasado cien años desde que tomásemos café en la máquina del pasillo”, dice uno de los protagonistas de la historia que cuenta Serrano, una que pretende retratar la historia reciente de España a través de un padre y un hijo que relatan, a dos voces, sus decepciones como militantes de izquierda.

A la reina-personaje la describe así: "Y ejecutando un brevísimo adiós, con la distancia física propia de quien actualmente es reina de España, siguió su camino hacia el fondo del establecimiento. La gente la miraba con la lógica curiosidad, pero a nadie se le ocurrió lanzar requiebros monárquicos mi tampoco lo contrario. El madrileñismo indie y malasañero tienes sus propias reglas de idolatría, vota a Manuela Carmena (o votaba) y sólo se sobresalta si entra una estrella del pop en la sala”. Las descripciones de la monarca destilan el mismo tono que el resto del libro: crítica al sistema y cierto aire de derrota.

En el caso de Letizia se traduce en cierto reproche, como si hubiera traicionado algo al dejar de ser periodista para convertise en la esposa de Felipe de Borbón: ““Observé a Letizia hablándome imparable y comprobé en su rostro esa paradoja que a todos nos concierne: hacernos mayores y continuar, bajo la piel, llevando al niño o a la niña que fuimos. O al periodista meditabundo de antaño. O a la reportera locuaz que pretendía estar a la altura de sus ambiciones y vaya sí lo hizo”.

La diferencia con reinas como Isabel II es que Letizia tuvo una vida antes, una normal, por eso al autor de Cal viva le resulta “raro verla donde está”, pero forma parte del paisaje generacional que el hermano del cantautor Ismael Serrano pretende retratar en este libro. A la reina quiso ubicarle en ese entorno, un barrio concurrido y a la vista de todos, como si fuera una más pero da la sensación de que lo hace porque en reaidad ya no lo es, pues como dice el autor “hace mucho que ya no visita Malasaña”.

Letizia no es un personaje pop como la monarca británica, aunque su incorporación en una novela en la que aparecen tebeos de Bruguera, cantautores o Rosalía, la acercan un poco a ese estatus. Al contrario que su homóloga británica, ella aún no es protagonista de películasy aún es una secundaria, pero también es cierto que no lleva 67 años en el puesto. Pero ahí está, en ese retrato que Serrano sustenta con la voz de un padre narrando la vida antes y después de la Transición y un hijo de su misma ideología que explica la irrupción del 15M. Y en uno y otro relato, la misma decepción: “Ambos hemos sido derrotados de diferentes modos”, dicen los protagonistas de una novela donde la reina Letizia es retratada con el mismo desencanto.

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