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Ana Obregón ha vuelto a un plató de televisión y lo ha hecho para hablar de una persona que marcó su vida: Lina Morgan. Desde que falleció su hijo, en mayo de 2020, la actriz solo ha aparecido en la pequeña pantalla en dos ocasiones, para dar las campanadas en televisión española y para participar como investigadora por un día en el concurso ‘Mask Singer’ (Antena 3), pero la ocasión lo merecía y la madrileña ha participado en el debate del programa ‘Lazos de sangre’ (La 1) para hablar de cómo era su relación con la cómica.
Ambas trabajaron juntas durante años en la serie ‘Hostal Royal Manzanares’ y tal y como ha desvelado Ana, desde el primer momento hubo una gran complicidad entre ellas. «Lina era una amiga y mi maestra. Teníamos una gran complicidad. Desde el primer momento fuimos almas gemelas. Cada minuto con ella era un regalo», ha confesado emocionada Ana Obregón.
Cuando comenzaron a trabajar juntas, Ana se acababa de separar de Alessandro Lequio y Lina se convirtió en uno de sus grandes apoyos. «Lina se abrió totalmente a mí. Yo venía de una separación, de Alessandro, y ella de la muerte de su hermano José Luis y yo la notaba que no se encontraba bien. Era como mi paño de lágrimas durante mi separación. Yo me abrí con ella y ella conmigo. Ella me dijo ‘me pasa esto, no lo sabe nadie’ y no quiero que nadie lo sepa. Era ella la que me ayudaba a mí, era inmensa», ha desvelado Ana, negando los rumores de la época de que entre ellas hubiera tensión. «¿Tensión? Todo lo contrario», ha sentenciado la actriz.
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Tanta confianza había entre ellas que Lina también le habló de sus relaciones, un tema del que Ana no ha querido entrar. «Lo que me ha contado se irá con ella y conmigo. Estuvo muy enamorada y fue muy feliz», ha dicho, sin querer entrar en el debate de la orientación sexual de la actriz. «Si me lo permitís, a mí de esto no me gustaría hablar, no me interesa nada. Si queréis, cuando me vaya habláis de lo que queráis. Ella no quiso hablar de este tema de su orientación sexual y me dijo una frase de Camilo José Cela al respecto: ‘El secreto de la felicidad es que nunca sea un secreto’. ¿Quiénes somos nosotros para hablar de eso?», desveló Ana, antes de abandonar el plató para marcharse a cuidar a su padre.
La actriz también contó el gran «dolor» con el que se fue Lina Morgan, el de no ser reconocida: «Lina era increíble. Le dolía que no la premiaran y en este país a las cómicas, que la comedia es lo más difícil, no se las reconoce y se fue con esa pena de no ser reconocida como la gran cómica que era».
Sobre la despedida de su gran amiga y su negativa de que nadie la visitase en sus últimos años de vida, Ana está de acuerdo con su decisión. «Si ella decidió que no quería ver a nadie, pues se respeta. Ella quiere que la recuerden como era. Ella era muy coqueta. Fue difícil despedirme de ella en el funeral porque había intentado ir a verla y ella no quiso. Me quedé con que el público no le reconoció. Ahora me he tenido que enfrentar a cosas peores pero en ese momento fue muy triste. Yo estaba en Mallorca con mis padres y mi hijo y cogí el avión y dije ahora tengo que despedirme ya que antes no pude estar con ella», ha recordado Ana.
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