Amalia de Holanda, sin gran fiesta de cumpleaños: tiene que hacer los deberes del colegio

Amalia de Holanda nos sorprendía a principios de año con la actitud que mostró cuando asistió a un torneo hípico con su padre. Cuando todo el mundo pensaba que la princesa no se parece en nada a su madre, ella misma nos demostró con su espontaneidad que sí ha heredado la naturalidad de la reina consorte. Ella es la primogénita de los actuales reyes de los Países Bajos, el monarca Guillermo Alejandro y su mujer, Máxima de Holanda.

Ella es la heredera del trono de los Países Bajos y, como tal, en una ocasión llegó a confesar que a veces su vida le parece “irreal”. La heredera está cada vez más centrada – y cómoda – en ese papel y, a pesar de ser muy joven, ya ha acudido a varios actos de representación. De hecho, Amalia está tan centrada en su formación y sus compromisos que no va a tener tiempo para una gran fiesta de cumpleaños.

Así lo ha confesado Máxima en su último viaje oficial. La reina se encontraba en Pakistán a principios de semana como enviada especial de las Naciones Unidas y, cuando fue preguntada por el cumpleaños de su hija, respondió con honestidad: “No habrá una gran celebración. Todavía tiene mucho trabajo que hacer para el colegio, el fin de año se acerca, Sinterklaas (la fiesta de San Nicolás, que se celebra el 5 de diciembre) y todo tipo de festividades. Está creciendo muy rápido y de una forma muy bonita. Es una hija y una amiga increíble, estoy muy orgullosa de ella. Cantaremos para ella y pasaremos juntos los dos próximos años, que probablemente sean los últimos en los que ella viva en casa. Por lo tanto, tengo que disfrutar del momento”.

La última frase de la declaración es, probablemente, la más reveladora. Más allá de celebrar una fiesta de cumpleaños discreta (algo que Máxima no considera relevante), lo importante es el carácter sentimental de la declaración. La reina Máxima ha desnudado su corazón ante la prensa, mostrando la pena que siente por ver a su hija crecer. Dentro de dos años la joven Amalia alcanzará la mayoría de edad y estudiará en alguna de las universidades más prestigiosas de Europa o incluso del mundo. Toda la familia sufrirá por la distancia con su hija, pero se preparará de la mejor forma posible para ser reina.

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