Ahora ya sabemos cómo hay que pronunciar para hablar como la reina Isabel II

Los británicos no tienen su Real Academia; en Gran Bretaña el inglés más elevado y, por tanto, el normativo (conocido como Received Pronunciation; basado en una manera de hablar del sur de Inglaterra) siempre ha sido el de la reina. O lo que es lo mismo, el que hablan los monarcas, los aristócratas y la jet set.

Una de las maneras que tenemos los seres humanos de distinguirnos los unos de los otros es el habla. Y todos sabemos, aunque sea de manera inconsciente, que existen diferentes registros y acentos; la manera de pronunciar, así como nuestra entonación le cuenta a nuestro interlocutor (o al mundo) quién somos o quién queremos ser.

Esta mañana, Angela Kelly,la encargada del aspecto personal de Isabel II durante 25 años, ha autorizado la publicación de varios extractos de su libro The Other Side of the Coin: The Queen, The Dresser and the Wardrobe, que pronto verá la luz. En él, la Ayudante Personal, Asesora y Comisaria de Joyería, Insignias y Vestuario de la monarca reconoce que se prueba sus zapatos nuevos antes de que ella se los ponga, con el propósito de ablandarlos y que así no le hagan daño durante un acto público.

Otro de sus cometidos es mantener en secreto el color del sombrero que llevará la reina en Ascot. Pero además de estas funciones, Kelly también ha detallado otras anécdotas más mundanas y divertidas, como esa vez en la que le pidió a la reina que le enseñase a hablar como ella. Este deseo no surgió de un día para otro, la trabajadora de Palacio había soñado desde que era una niña con aprender a expresarse de una manera “así de agradable”, por lo que, después de algunos meses, reunió el coraje para preguntarle si conocía a alguien que le pudiese dar clases de elocución.

“La cara de la reina fue todo un poema. Solo me pregunto, ‘¿Por qué?’. Después de que yo se lo explicase, me dijo que no era necesario. Se lo pedí una y otra vez, pero no quiso. Así que le comenté mi nueva idea: ‘¡Puedes darme clases de elocución!’ Puedes decirme lo que es correcto y lo que no”, recuerda en sus memorias Kelly.

“La reina probablamente supo que no iba a dejar de intentarlo, así que me ayudó con una palabra: ‘furious’ (furioso, en español). ‘Fyer-ri-ous,’ respondí. ‘No, fee-or-ree-ous,’ dijo la reina en una perfecta pronunciación received.

“Después de varios intentos, lo conseguí y Su Majestad exclamó. ‘¡Sí!’. Y levantó el dedo, diciendo: ‘No está mal’. Y así fue, esa fue mi única lección de elocución, que además me dio la reina”, continúa Kelly.

“Desde entonces, agudicé mi oído y traté de hablar correctamente; incluso añadiéndole una h a palabras que no la llevaban; pero después de todo, lo dejé: era demasiado esfuerzo. Desde entonces, me conformo con ser yo misma, una chica de Liverpool que está orgullosa de serlo”.

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